martes, 7 de agosto de 2012

PERICO LEON: UN LINCEÑO QUE HIZO HISTORIA EN EL FUTBOL PERUANO.

Escribe: Manuel Araníbar Luna.

En la década de los 60’s, el titularato en el puesto de centro delantero en las selecciones nacionales y en el Alianza Lima estaba reservado sólo para un jugador: Perico León. Bautizado como Pedro Pablo León García, debe su nombre de pila a que nació el Día del Pescador, el 29 de junio del 43, fecha que reza en el santoral como San Pedro y San Pablo, en el linceñísimo barrio de Garcilaso de la Vega.


















En el Bosque Matamula...
Pertenece a una familia de excelentes jugadores que marcaron época desde las décadas de los cincuentas y sesentas en todo campeonato barrial que se realizara tanto en la famosa cancha de la legendaria Gran Unidad Escolar Melitón Carvajal como en la del Bosque Matamula. Sus hermanos, Teófilo y Daniel, delanteros malabaristas y quimbosos, también de las filas del legendario Garcilaso,  fueron igualmente protagonistas imprescindibles en las batallas futboleras de la Liga de Lima. Asimismo, Daniel fue un extraordinario bailarín que integrara el dúo Los Paladines con la recordada Lucila Campos.

A la temprana edad de 17 años debutó en primera en Alianza Lima. Era un centro delantero completo. Gran cabeceador que anotaba goles por colocación más que por fuerza, debido a que no cerraba los ojos para cabecear, detalle que ignoran muchos jugadores de hoy en día. Dribleador nato y ambidiestro, sabía llevar pelota desde el medio campo. Jugaba en pared y definía con ambos pies en todas las modalidades: de volea, de chalaca y de tiro libre. 

Fue el primer pivoteador moderno del fútbol peruano, porque no sólo se limitaba a pelear las bolas que llegaban hacia él, sino que las repartía a quien llegara al área. Siempre recibía la pelota de medio lado para no regalarse al ponerse de espaldas a sus marcadores – un clásico defecto de los delanteros de hoy en día -, y con este movimiento sabía ya por dónde iba a salir con ella y mirar a quién entregársela. 

“Ni siquiera te vi, hermanito”
Si hay una palabra para definir su estilo de juego esta es la picardía. Jamás se lesionó de consideración puesto que adivinaba las intenciones de los cancerberos rivales. Desde antes del primer choque ya le estaba metiendo floro a su marcadores de turno, dándoles su chiquita a los backs contrarios cuando se ponían malosos. Inmediatamente aparecía su viveza. Quienes lo marcaron lo recuerdan con admiración. José Fernández, La Vieja,  lo cuenta con gracia:“Ni bien íba al salto te soltaba un puñete en el vientre bajo, y de inmediato, para bajarte las revoluciones, te ponía el parche: ‘disculpa, hermanito, fue de cazuela’.

Julio Meléndez recuerda otra: “Me dio un tremendo codazo en el ojo que me dejó ciego por quince minutos, cuando fui a cobrarme la venganza me respondió con la humildad de un huerfanito: ‘¡Alguien me ha empujado, ni siquiera te vi, hermano!’.

Y así durante todo el partido repartía caricias a punta de mañas y salía siempre con una ocurrencia. A cada guadañazo que veía llegar a sus canillas levantaba el filo del chimpún un par de centímetros y el ataque se convertía en hematoma para el agresor.

Estafado por la dirigencia...

A pesar de que se le consideró siempre un referente del Alianza Lima, muy pocos saben que toda la vida el club de sus amores fue el Deportivo Municipal.  Su doloroso alejamiento del equipo victoriano se debió a las incumplidas promesas de las dirigencias aliancistas de aquellos tiempos. “Me pagaban una miseria de mensualidad. Me prometieron casa, carro y hasta negocio propio”, nos dice sin perder la sonrisa, “y hasta ahora los estoy esperando bien sentado en el sofá”.



Coco Basile y el teatro...

La expulsión de Basile (foto: Fotosfutbolperuano.com).
Su gol a la selección argentina para las eliminatorias de México 70 en el Estadio Nacional fue de artista. Chumpi cortó un ataque, salió corriendo con fuerza por la izquierda y le lanzó la pelota en un pase de cincuenta metros. Perico la recibió de medio lado al filo del área, matándola con el pecho y antes de que diera bote se la sombreó a Cejas, concretándose el 1 a 0 definitivo.  A la siguiente jugada Coco Basile, picón por el gol y por la serie de codazos a la cara recibidos por parte de Perico, le fue a dar un guadañazo a la mala. El centro delantero del barrio de Garcilaso saltó y rodó como un ovillo de lana. El árbitro brasileño expulsó al argentino y Perico se levantó sonriente y satisfecho de su actuación teatral: Basile no le había hecho ni un rasguño.

El salto mortal...

Las vueltas que da la vida. Ahora que son cosa cotidiana los malabares, bailes y pasitos de los jugadores después de la anotación de un tanto, nadie recuerda que Perico León fue el primero en celebrar sus goles de manera original. Antes del mundial de México, en un partido amistoso dio un espectacular salto mortal luego de anotar un gol a la selección mejicana en su propia cancha. Años después, Hugo Sánchez, el goleador mexicano del Real Madrid, imitaría esta celebración y los ingenuos periodistas deportivos internacionales la consideraron como creación original del delantero charro.

El short descosido...

El gol a Cejas (foto: Arkiv Perú)
 Mil y una anécdotas se cuentan de su larga trayectoria deportiva, siendo la más famosa la del short que se le descosió en  la Bombonera en el partido decisivo con Argentina. Ante la histérica desesperación de los jugadores argentinos y las pifias de la tribuna, los jugadores peruanos se demoraron una eternidad haciéndole rueda mientras se cambiaba el pantaloncillo roto. El short, por supuesto, estaba ya semidescosido desde  el camarín y toda esta demora enfrió al equipo argentino que había salido a la cancha a arrasar  con todo.

Aún hay más, las escapadas de la concentración, la molestia de Didí, las broncas con Challe y mil y un aventuras en Lince, su distrito añorado . Pero todas estas anécdotas las iremos narrando semana a semana.