domingo, 8 de diciembre de 2013

TRES CRACKS LINCEÑOS EN EL JUAN AURICH

Por Manuel Araníbar Luna
Parados: Roberto "Tito" Elías, Lizandro Navarro, Benjamín Campos, Carlos Campaña y Castrillón. Hincados:  "Canuto" Cadenillas, Chauca, "Perico", "Papocho" Rubianes, César Arnáez y Gonzales Pajuelo.
Hace muchos años, conversábamos con un amigo victoriano en un conocido restaurante de la avenida Julio C. Tello acerca de las bondades  y figuras de nuestros respectivos distritos. Mi amigo (q.e.p.d.) era hincha del equipo de Matute,  y mucho más de Perico León, de quien manifestó era “hijo predilecto de La Victoria”. Fingiendo ignorancia, le preguntamos de qué barrio era Perico.

Papelito manda…
Lleno de orgullo replicó que Perico es nacido en Mendocita. Le dimos cuerda un buen rato hasta que le soltamos de golpe lo que todos los linceños sabíamos, que Perico es más linceño que el cine Alianza.
La respuesta lo hizo saltar hasta el techo del restaurante.
Además –lo apabullamos- hubo un momento en que en el plantel titular de Aurich jugaron tres linceños.
Papelito manda – replicó-, a ver, muéstrame una prueba.
Se concertó la apuesta. En los siguientes días indagué en periódicos y revistas deportivas (la palabra internet ni siquiera existía en el diccionario) pero no hallé la dichosa foto. Finalmente lo olvidé. Hace unos años mi amigo  falleció. Entonces, acongojado ante su ataúd  pensé que la dichosa apuesta ya no tenía razón de ser.

Un correo sorpresivo...
Hasta que hace un par de días -¡sorpresa!- recibimos un correo.
“…revisando algunas páginas encontré a tres jugadores  de LINCE que jugaron juntos en un equipo de la primera profesional, específicamente el Juan Aurich de Chiclayo… Roberto "Tito" Elías, César Arnáez y  el gran Pedro Pablo "Perico" León García… y los tres eran de la zona de Lobatón. …  "Tito" Elías jugó para el " PELIKAN", Arnáez para el "HURACÁN" y Perico para el GARCILAZO…”
Firmado: Oscar Bedregal Vargas.
La apuesta con nuestro difunto amigo saltó nuevamente. “Al fin ganamos la apuesta, Mario”, dijimos mirando al cielo.
El Melitón y Lobatón…
En la carta, además, el amigo Bedregal hizo hincapié en un olvido elemental:
“…aún falta escribir sobre el alma mater de muchos como es la GUE MELITON CARVAJAL y también de la gente de LOBATON, que siempre dio buenos jugadores…”
Gracias amigo Oscar Bedregal, por el tremendo dato y por este memorex virtual. Prometemos muchas notas con respecto a su pedido. Linceños como usted nos animan a seguir escribiendo de  Lince y Lobatón.
¡Un solo corazón!


miércoles, 23 de octubre de 2013

EL CINE ALIANZA, UN PEDAZO DE LINCE QUE SE FUE…

El Alianza: ayer fue chongo, hoy un templo
Por Sócrates Araníbar Luna
Viajaba en una Coaster por la avenida José Pardo con rumbo a mi domicilio en el Callao y justo se sale malogrando en la esquina con Gálvez. Como no tenía ningún apuro, decidí dar una vuelta por mi antiguo barrio. Después de casi treinta años volví a pasar por la 17 de Gálvez. Eran las horas de la siesta y recordé que hace más de cincuenta años, a esa misma hora empezaba el movimiento para entrar al cine Alianza, toda una leyenda en Lince. Y mil anécdotas llegaron a mi mente…
Los personajes del Alianza…
Desde la 2.00 p.m. empezaba el movimiento. A esa hora se ubicaba Don Enrique con el sanguito más rico de Lima sobre su tabla con dados para la timba de ‘grande y chica’.  Los vagos sentados en la vereda con sus novelitas de cowboys de Marcial Lafuente Estefanía ò "James Bond 007" de Ian Fleming (versión bolsillo), las habitas (chicle serrano) y un enjambre de personajes:
" Maca", "El Lechugano", que pregonaba sus papitas rellenas: ...”¡veneno, veneno!”. Kike (que era el operador), su hermano "Babita",  mi causa "Cuteto" (por razones de investigación), el cojo Mario q. e. p. d., el Ciego Pancho, Cara de Gallo, mis primos "Los locos Luna", y yo (a la Escuela en la mañana y no daban tareas como hoy).

Las películas perdidas...
Debe haber sido el cine más barato de Lima junto al Huáscar de los Barrios Altos y donde se proyectaban las películas más antiguas, las que ya habían dado la vuelta tres veces por todo el Perú  Sin embargo, iban los intelectuales a buscar filmes trascendentales, ya que al no existir aún los Cines-clubs era imposible verlos en otro lugar. No era raro ver en la platea alta a don Alfonso Delboy, a Sebastián Salazar Bondy, a Pedro Ureta, padre de el Loco Ureta. En una reciente entrevista Ricardo Bedoya (de "El placer de los ojos") confesó ser asiduo parroquiano del cine Alianza porque ahí encontraba películas clásicas que se le habían escapado hacía muchos años.
Tan popular era el cine que la chispa barrial le colocó apodos jugando con los nombres de cines de primera categoría: Metropulga, Aliambra etc.
A la última función de noche asistían diversos personajes arquetípicos: los que iban a ver la película, los que iban a joder, los "brócolis" (Matta, "Aguila Coja"), los mostaceros, los chacchadores de coca y los que roncaban dormidos (había que tirarles pepas de durazno para que no hagan ruido), y si la película era mala el chongo se generalizaba.

John Wayne, Bebe y el famoso chongo…
Recuerdo uno de los chongos más famosos.
Escena de El Hombre Quieto: John Wayne entra a la fuerza a la casa de Maureen O´Hara, se besan, apagan la luz y luego se oscurece la escena... amanece y cantan los pajaritos... desde el lado derecho se escucha una voz aguardentosa:
-      Bebe, ¿se la cachoooó?
-      Síiii! – responde Bebe desde el frente con su inocente voz de pito.
 La mamá de Bebe, una voluminosa dama que se sentaba siempre en la última banca,  no se aguanta:
-      ¡Bebe ya escuché,  en la casa te reviento!!!

Cinco minutos de risas y cada diez minutos se repite el chongo. La gente esperaba que la sala quede en silencio y surgía nuevamente la imitación de la voz de la señora (era Makachorrin)...
-      ¡Bebeeeeee, ya te escuchéeee!
Jamás me reí tanto en una sala de cine. Confieso que yo también imité a la señora, pero una sola vez. Y al pobre Bebe, el inocente personaje de la voz de pito,  la frase le quedó pegada a los oídos durante varios años; al pasar por la calle los vecinos linceños lo saludaban con este latiguillo
-      ¡ Bebe, ya te escuché!...
A ese entrañable viejo Cine lo repletaban en Semana Santa gente de todo Lima que buscaban "La Pasion de Cristo" (versiòn muda) que tan gastada andaba que terminó durando sólo 15 minutos. Otros habitúes buscaban el Cine Negro francés de los cuarentas. y allí sentado en una de sus bancas apolilladas vi una estupenda versión francesa de "El Dr. Jeckyll y Mr. Hyde", en la que Mr. Hyde era un chaplinesco personaje llamado "Opalo"...chapa que heredó mi causa Miguel Matta Zevallos. 
Cerró el viejo cine y se cerró toda una etapa de la vida de Lince y Lobatón y las imágenes de su ecran volaron al infinito, pero dicen los que aún viven por el lugar que -como en La Canciòn del Viejo Roxy de Joan Manuel Serrat- por las madrugadas se escuchan las voces de Marlon Brando, Humphrey Bogart, Jean Servais, Marilyn, con acústica de salón vacío... Ah, y también se puede escuchar los ecos de la voz de la madre (q. e. p. d.) de Bebe
-      Bebe, ya te escuché, en la casa te revientooo!!!
(Esta serial continuará la próxima semana…)




lunes, 21 de octubre de 2013

CARLOS GALDÓS, UN LINCEÑO MULTIFACÉTICO

Linceño multifacético. Conduce un programa de radio, otro de TV, la noche es mía, escribe en Somos el magacín sabatino de El Comercio. Carlos Galdós es todo un personaje: dice lo que piensa, odia el racismo, la cucufatería, la politiquería, la pituquería despreciativa, la huachafería de quienes sin tener nada imitan a los que tiene todo y ... muchas cosas más que no caben en un reportaje. En una entrevista de Perú.21, Carlos Galdós habla con cariño de Lince, el barrio en que nació y lo vio crecer. En fin, es un personaje que se las trae. Y además ama a Lince.



¿Alguna vez viviste unas vacaciones permanentes?

Ya quisiera. Cuando uno es chiquillo, los viejos no te dejan; además, desde muy chico tuve muchas responsabilidades. Claro, en Lince tuve bastantes noches de fiesta, de madrugada, de parque, donde la gente llegaba en tandas: la primera, de jóvenes, que se quedaban hasta que nuestras mamás nos llamaban a dormir; luego venía la gente de parque, la chonguera, y más tarde llegaba el residual achorado y bravo que tomaba Cienfiegos con Kanú en jarra de plástico (ríe). (el subrayado es nuestro)


Dicen que uno recién es famoso cuando te imitan en un programa cómico…

Me imitaba ‘Felpudini’ (risas). Me parecía genial, qué talentoso, era tal cual. Me fui a hablar con mi vieja y le dije: “Tengo un hermano que me has negado” (risas). En las imitaciones está cómo te percibe la gente, lo que uno no logra ver. Al observarlo –al observarme–, sentía que tenía gusanos en el estómago, ¡de dónde tanto movimiento! (y mueve las manos). A veces, cuando hablaba de mis viajes, sonaba pretencioso; son cosas que uno debe cuidar.

Escribes en Somos, tienes un programa en Studio 92, desde el lunes conducirás La noche es mía. ¿Cómo manejas todas estas facetas?

También tengo una hija, una novia; acabo de publicar un libro y hago mis unipersonales. Hay personas que pueden trabajar de 8 a.m. a 10 p.m. en una oficina y son felices; si me ponen en una, me suicido. Mi trabajo implica una gran dosis de creatividad y, aunque no lo parezca, es desgastante pues, para mí, el ocio es un trabajo.


¿Tu madre está orgullosa de ti?

No se lo he preguntado. ¿Qué intuyo? Que sí. Mi vieja y mi entorno –la gente que me quiere, que no suma más de cuatro personas– se preocupan por mí: quieren que esté contento, que haga lo que me gusta. Y cuando le conté a mi hija –quien tiene seis años– que me iban a dar un programa en la TV, me dijo: “Ya era hora”.

¿Qué le agradeces a Lince?

Todo. Lince me dio la piel y me la curtió. Y más que a Lince, le agradezco todo a mi origen: mi madre; a ella, en verdad, le agradezco todo.

Tomado de Perú 21.pe

Autor: Gonzalo Pajares.

gpajares@peru21.com

domingo, 22 de septiembre de 2013

LINCE Y SU HIMNO QUE MUCHOS DESCONOCEN

Por Ricardo Gerardo Manrique



Para información de algunos incrédulos, puedo jactarme de ser linceño de pura cepa. El porqué es muy sencillo, nací el 7 de diciembre del 40 en la calle Emilio Althaus, número 682. A los cuatro años pasé a vivir a jirón Candamo, número 837 y desde el año 1967 vivo en el pasaje San Roberto, mejor dicho, nací, crecí y estoy envejeciendo en Lince.

Lo más interesante, es que hasta no hace muy poco me enteré que mi querido  distrito tenía su himno y que el autor es el señor Cuadra, un músico linceño procedente de la Republicana y que vive en la primera cuadra de San Roberto.

Bueno, aquí se los adjunto, para que en las noches de bohemia, podamos cantarlo juntos los linceños de antes y los de hoy en día.

HIMNO DE LINCE

Lince, Lince, tierra con honores.
Querido Lince de mis amores.
Todos tus hijos te respetamos
y con orgullo te veneramos.
Lince, Lince, bello, añorado,
eres presente, eres pasado.
Lugar amado de nuestra nación, hoy te cantamos con emoción (bis).
Eres Lince, fruto de la patria.
Cuna de hombres que por ti saben luchar.
En mi pecho hoy flamea tu bandera,
bello escudo que te hale más y más.
Lince, Lince, tierra con honores.
 Querido Lince de mis amores.
Todos tus hijos te respetamos y con orgullo te veneramos.
Arriba Lince, Lince querido. Rincón amado de mi Perú.
Distrito Lince, bello, añorado,

Hoy te cantamos con emoción.

miércoles, 28 de agosto de 2013

RULLI RENDO, ADOPTADO POR LINCE DE UN SOLO TOQUE.

Por Sócrates Araníbar Luna
JULIO EDGARDO BARRERA LARRIEGA... ¿les suena?, claro que no, pero si decimos RULLI RENDO lo va a reconocer toda América y parte de Europa.
Este gran artista, desde el 2005 hasta la fecha reside en la calle Julio C. Tello, emblemática avenida que fue hogar de los criollazos Hermanos Govea y Filomeno Ormeño. Hoy Rulli es uno de los más famosos hijos adoptivos de Lince y Lobatón, gracias a la fama de sus toques.

Tito Puente y Rolando Laserie
Se inició en la vida artística a los 16 años grabando música criolla, para luego pasar a la nueva ola. No obstante, sus inquietudes iban más allá, pues no había límites para su inquietud creadora, convirtiéndose en el músico popular peruano más exitoso de toda la historia. En el 69 compuso la cumbia " Si tú te vas " que fue grabada por Tito Puente y Rolando Laserie entre otros.
 A partir del año 1973 dejó definitivamente el canto para dedicarse exclusivamente a la composición y orquestación. Empezó a sonar fuerte en las emisoras radiales.

  ¡Asu, cuántos estudios!
Hizo sus estudios primarios en la Escuela América (hoy Colegio América) del distrito de La Victoria, y los estudios secundarios en el Colegio San Andrés de Lima. Estudió en el Conservatorio Nacional de Música. Luego, en la UNI Ingeniería de Petróleo. No contento con ello, siguió Letras y Periodismo en la Pontificia Universidad Católica del Perú.
Delis (1965.)

En Viña del Mar
El 14 de abril de 1964, Raúl del Mar, director artístico del sello "El Virrey" lo bautizó artísticamente con el nombre de Rulli Rendo, cuando tenía 17 años y era cantante de rock. Empezó su carrera profesional grabando un disco con los temas Me recordarás (del chileno Fernando Allende) y Corazón (del norteamericano Mann con letra en español del mexicano Manolo Muñoz)
Ganó el Festival de Ancón de 1970 con el tema "Vamos de la mano hacia el Cielo"  y "Ay corazón, corazón" y "Un pañuelo y una flor". A propósito, ¿quién no ha tarareado alguna vez esta balada?
Ha participado como cantante, autor, compositor, arreglista y director orquestal, prácticamente en todos los Festivales de Canciones del país. Fue el primer peruano que logró clasificar en el Festival de Viña del Mar, 1975 (Dónde Estás Querida Mía) y 1976 (Juan Salvador Gaviota).

La onda de los toques
Lanza sus primeros LP tropicales llamados siempre "Toques" en referencia a que durante los toques de queda en el Perú se realizaban bailes de "toque a toque" (por la noche) por ello se quedó ese nombre a la mayoría de su obras. Los toques vendieron la exorbitante cantidad de doce millones de copias en Perú , México, España, Alemania y Holanda. Y Rulli -a diferencia de otros artistas que se pasean por la TV para hacerse propaganda-no es de jactarse ni hacerse autobombo. ¿Qué otro artista peruano siquiera ha vendido la décima parte de esa cantidad? Sin desmerecer a los grandes artistas peruanos, nadie.
Vivió en México desde 1980 hasta 1995 e impuso muchos éxitos con su grupo musical RULLI RENDO, ORQUESTA Y COROS.

lunes, 19 de agosto de 2013

LA HUACA LIMATAMBO EN LINCE, ¡QUIÉN PODRÍA IMAGINARLO!

Por Manuel Araníbar Luna

“Para que lo sepas, jovencito…”

Don David Zevallos, un longevo vecino de Francisco Lazo (falleció a los 103 años) y uno de los primeros pobladores de Lince, nos relató cierta vez que en su juventud se aventuraba a huaquear en compañía de sus amigos.

-          - Mira – me dijo –, estos huacos y otros más que se fueron rompiendo con los años los obtuve huaqueando de amanecida. Los pocos habitantes que vivíamos aquí nos zampábamos a las chacras y establos de lo que hoy es Santa Catalina. En esos tiempos a nadie le llamaba la atención ver a los muchachos huaquear en las ruinas preincaicas.

-          - ¿Pero a qué huaca iban ustedes?

-          - Para que lo sepas, jovencito, aquí cerca quedaba la Huaca Limatambo. Los huacos se los vendíamos a los gringos en el centro de Lima. Pagaban buen precio por ellos.

-         -  ¿A cuánto, más o menos?

-          - Un sol.

-          - ¿Un sol?

-       - Es que ustedes no tienen idea de lo que significaba un sol en esos tiempos. Uf, para nosotros era un montón de plata. Para que te des una idea, el kilo de carne costaba cincuenta centavos. Al otro lado de la vía estaban las chacras de la hacienda Limatambo en lo que hoy es Balconcillo y Santa Catalina. De ahí sacábamos choclos y camotes, además comprábamos huevos y leche en los establos. Y para que lo sepas, jovencito, en ese tiempo no se le llamaba Lince,  estos sitios se llamaban “Hacienda Risso” y “Hacienda Lobatón”, dependiendo del lugar donde uno se encontrara. El nombre “Lince y Lobatón” se les puso mucho después, o sea casi ahorita…

La Huaca enana…

Y hace unos diez años, escarbando en la web, encontramos el nombre: “Huaca Limatambo”. Y luego de segundos que nos parecieron semanas, del maravilloso click lanzó a la pantalla la foto que estamos presentando.

Era la desaparecida Huaca. Y estaba ubicada en lo que hoy es… ¿quién lo adivina? Creo que nadie: ¡el colegio Melitón Carbajal! Un poco más allá de la curvita donde pasa la Prolongación Iquitos, a la espalda del  legendario colegio de nuestra niñez, se hallaba un pequeño promontorio, una huaquita a la cual los linceños viejos le llamaban así: La Huaca Enana, la menor de un conjunto de tres huacas y la única que se conservó hasta finales de los cincuenta. Estas fueron dibujadas por el viajero George Squier a su paso por Lima. Como dato anecdótico, no olvidemos que había otra huaca enana que en el parque Matamula, frente al antiguo colegio fiscal de la calle Cápac Yupanqui. La huaquita desapareció con la construcción del Parque de los Próceres de la Independencia.

Pero el Melitón no se construyó todo completamente al ras.  Prueba de ello es el desnivel de casi cinco metros entre las avenidas Yerovi e Iquitos. Ese tipo de desnivel lo encontramos también en la Catedral de Lima, puesto que esta se construyó sobre una inmensa huaca.

Como se puede apreciar en la figura, la línea que va desde la esquina superior izquierda de la foto hasta casi la mitad del lado derecho, es la línea del tren que iba a Chorrillos. Todo lo de arriba son las chacras de lo que hoy es Santa Catalina a la derecha y Balconcillo a la izquierda.

Y con esto no queda nada más que repetir lo que nos dijera don David: aquí está la foto, “para que lo sepan los jovencitos linceños…”



domingo, 4 de agosto de 2013

DAVID ALARCO HINOSTROSA: UNA DECIMA A SU BARRUNTO LINCEÑO.


Por Sócrates Araníbar Luna

Garcilazo fue su cuna
de la quinta al callejón,
su décima es cual ninguna
y es de Lince y Lobatòn

Don David Alarco Hinostroza, escritor, poeta y decimista linceño de fama internacional, conocido en el ambiente intelectual Latinoamericano como “El Repentista Inca”, está considerado como el cultor peruano de la espinela más destacado del siglo.

Improvisador de fuste, dotado de un léxico elegante y culto, adversario temible en la controversia improvisada, ha sido protagonista de encuentros de altísimo nivel con decimistas famosos de México y Cuba, saliendo siempre airoso y dejando bien en alto el nombre del Perú y de Lince. Estas controversias pueden hallarse en You Tube con sólo escribir su nombre y dar el mágico click.

David es de Lince y su sueño fue arrullado en el barrio de Garcilazo de la Vega, en cuyas veredas han dado sus primeros pasos personajes famosos como Doña Lucila Campos  y Pedro Pablo "Perico" León. Don David es Director de "El taller de la Kontroversia", grupo dedicado a la enseñanza y difusión de la décima improvisada en el Perú y el extranjero. Sin desmerecer la calidad de  grandes decimistas en el ámbito artístico, David Alarco y César Huapaya, a nuestro entender, son los máximos exponentes de la dècima en el Perù .

Don David nos ha enviado esta décima, "Barrunto", una composición que nos hace hinchar el pecho de orgullo por Lince, cuna de grandes personalidades del arte, la cultura y las ciencias. ¡Palmas para don David!

Barrunto

Soy de aquel barrio de Lima
lleno de encantos y mitos;
leyendas, quehaceres, ritos
y de un proverbio que rima.
Soy del distrito; tarima
de mi infantil devoción,
soy casona y callejón,
casa, canchita y acera;
soy barrunto, soy quimera

de mi Lince y Lobatón.

EL DUO LOS COMPADRES EN UNA PARADITA DE LINCE ( Parte 1).

Por Manuel Araníbar Luna

Sorpresa: una orquesta de dos músicos.

Desde niños, cuando escuchábamos a Los Compadres, pensábamos que era un grupo, un conjunto completo con guitarras, flauta, toda la percusión de los cueros y la clave (los clásicos palitos que dan el ritmo 1-2-3, 1-2). Pero nos quedamos absortos la primera primera vez que los vimos actuando en vivo en el Festival de Agua Dulce. ¡Eran sólo un dúo y nadie más! ¡Pero cómo sonaba eso, chico! Esos dos hacían todo: guitarras, la clave humana, la flauta humana, el bongó, la tumba y el quinto, golpeando todas las partes de la guitarra.

Estuvieron alojados una larga temporada en Lince. Concretamente en el Hotel Majestic de la cuadra 15 de la Avenida Arequipa, esquina con Segura. De cuando en cuando degustaban los anticuchos y pancitas de la tía de la esquina de Gálvez con Manuel Castañeda,  los jugos surtidos de la Bruja Sotil antes de que su negocio se convierta en cantina, el escabeche de Cañete y el pisco sour del bar del hotel linceño donde se hospedaban.

En sus momentos libres paseaban por las calles de Lince y a veces se sentaban a descansar bajo los árboles del Parque Castilla. Solían detenerse a observar las paraditas, especialmente la de Lazo, Manuel Segura y Carlos Arrieta. Se quedaban maravillados al ver la  gran variedad de viandas y postres de la comida peruana.

Este caballo que tú ves aquí…
Cierto día del año 69, bajo el candente sol del medio día nos disponíamos a ir, toalla en mano, a la playa de Agua Dulce, pero previamente quisimos refrescarnos con una chicha morada. Y dimos un respingo cuando vimos a los hermanos Hierrezuelo, ambos de impecable guayabera, que observaban curiosos la chicha morada con hielo de la famosa tía que al amanecer vendía emoliente y al medio día lo hacía con maracuyá y chicha morada. Ambos pensaban que en el inmenso frasco de vidrio había vino tinto; así se lo hicieron saber a la caserita.

-          - No es vino, caserito - le dijo la tia que no sabía quiénes eran ellos - es chicha morada.

Mi hermano y yo nos codeábamos, para ver quién se animaba a preguntarle sobre la leyenda que corría en todo Lima en cuanto su lazo de parentesco. Por fin cogí valor y me lancé al ruedo.

-          - Dicen en todo Lima y Callao que ustedes son padre e hijo – les pregunté curioso luego de presentarme.

-          - Tú tá delirando, chico – nos dijo Lorenzo el mayor riendo –, ¿acaso pareco que tengo cien año’?; ete caballo que tú ve’ aquí sólo e’ menor que yo pol cinco año’.

-          - Sí, pero ¿cuál es su grado de parentesco –insistí -. ¿Qué son?

-       -    ¿Que qué es el son? – nos tomó el pelo haciendo un juego de palabras – E’ la música cubana pol excelencia. De mi tierra, de El Caney.

-          - No - se desesperó mi hermano -. Queremos saber si son familia.

-          - Pue’ claro, chico! – dijo Lorenzo jalando de la manga de la guayabera a Reynaldo-. ete caballo es el helmano mío, el menol. Depué’ de él viene la otra helmana mía, Caridá que también ‘e cantante.

Y la conversación se puso entretenida. Mientras saboreaban la chicha (Reynaldo repitió tres veces), Lorenzo nos decía que le gustaba la música afroperuana, casi todas las comidas, especialmente el cebiche, que allá en su tierra le llamaban “picante de pescado”, el cau cau y el lomo saltado, el clima de verano, pero no se acostumbraban al húmedo invierno limeño.

-          - El invierno de acá nos daña la voz y nos tupe las narices - nos dijo Reynaldo que era poco de hablar pero mucho de mirar a las muchachas que pasaban.

Luego añadió que tampoco les gustaba el ron peruano pero sí ‘la bebida de sabor nacional’; que en Cuba ya no había ambulantes, al menos no como en las paraditas de acá; que antes de la revolución los ambulantes pregonaban su mercadería cantando sones, guarachas y congas; que la electricidad, el agua, la instrucción, los útiles escolares y la salud eran gratuitos… y muchas cosas más…

Primo y Segundo...

Pero no nos dijeron nada de la existencia de Compay Segundo, de quien hasta ese entonces no sabíamos nada porque en las fundas de los discos de carbón y de vinilo no había información al respecto. Y es que desde que se escucharon los primeros sones de este conjunto tales como Sarandonga, la gente de la Lima chismosa comentaba que eran padre e hijo, sobrino y tío, compadres espirituales y que patatín patatán. Mucho después nos enteramos de otros detalles:

“Muchísimos años antes de formar el dúo, en la década de los treinta, Lorenzo y Francisco habían sido integrantes del cuarteto “Hatuey”. Después Hierrezuelo y Repilado acompañarían a la cantante María Teresa Vera. Una noche de 1949 la destacada cantante por repentina enfermedad no asistió a una actuación. Ambos tuvieron que improvisar. Fue así que nació el dúo.  ¿Y el porqué de Compay Primo y Compay Segundo? Allá en Cuba se les llama así: Primera voz: “Primo”; segunda voz, “Segundo”. En el tema Sarandonga se escucha una estrofa que dice:

…Y después dice la gente
Primo come boberías…


Pero a mediados de los la década de los cincuenta, en pleno auge del dúo, surgieron desavenencias. Lorenzo sacó a Compay Segundo e hizo ingresar a su hermano Reynaldo. Este tenía un pasado glorioso, pues con el nombre artístico de Rey Caney había grabado con la Sonora Matancera unos cuantos temas, el más famoso de los cuales es “Usted no me conoce a mí”.



Y Los Compadres, embajadores del son cubano por el mundo entero, se despidieron animándonos a visitar Cuba. “No crean toda la bobería que se habla de mi Cubita Linda”, fueron las últimas frases que nos dieron. Y se nos quedó en la memoria la voz aguda de Lorenzo y  la voz bronca y profunda de Reynaldo en aquel inolvidable encuentro con ellos en Lince (CONTINUARÁ).

sábado, 20 de julio de 2013

EL MAESTRO ADOLFO ZELADA, SÍMBOLO DEL CRIOLLISMO DE LINCE

Foto: cortesía de Pepe Ladd Jr.
Su nombre es sinónimo de criollismo pues aparte de eximio guitarrista es un gran compositor.  

Su maravilloso bordón ha acompañado a las figuras más importantes del criollismo, desde Jesús Vásquez hasta Perú Negro. El Maestro Zelada -quien en setiembre cumple los 90-  está identificado con nuestro querido Lince.

Vivió en la famosa quinta de Gálvez, luego en la 19 de Yerovi, después en la 20 de Guisse y hoy en día reside en la cuadra 3 de Belisario Flores. 

¡Más linceño que el cine Alianza! 

En la foto aparece con Lolo Fernández y Pepe Ladd, integrante de los Troveros Criollos. Su hijo, Carlos Adolfo "Cachito" Zelada Cavattori , nos ha prometido una crónica de la carrera de tan insigne figura emblemática de Lince y Lobatón.


¡Salud , Maestro Zelada, los linceños lo admiramos!

jueves, 27 de junio de 2013

SALSA: PANTALONES ACAMPANADOS Y CAMISAS FLOREADAS (Primera parte).

 Por Manuel Araníbar Luna.

La salsa en el rico Lince...

La salsa llegó a Lince a fines de los sesentas e inicios de los setentas. Recordemos los pasos acrobáticos del popular "Caña" en el Latin Brothers por el parque de los Bomberos, en el Macondo de Francisco Lazo, en el bar Zeta de Iquitos y sobre todo en el Apolo XI de Manuel Castañeda. Aquí una semblanza de la arrolladora música que sufrió tantas mutaciones que hoy no se parece a la original….

Ese periodo entre finales de los sesentas y comienzos la de los setentas fue una  época de pérdidas y hallazgos. Los adolescentes habían perdido casi todo, inocencia, mojigatería, vergüenza y mucha ropa. Pero asimismo habían hallado libertinaje y diversas drogas. Muy atrás había quedado la moda ye-ye de los cerquillos de los Beatles, el twist y los cabellos engominados y el peinado go-go de las adolescentes. Hablamos de la época hippie, y post- hippie, en la cual habían aterrizado de un viaje con marimba  las modas multicolores, ombligos al aire y saludo con la ‘v’ de la victoria.

Una mazamorra llamada chicha...

Quitando a los huachafos peruanos, esclavos de la moda norteamericana y su rock subterráneo, quitando la moda chicha de la música colombiana mezclada con rezagos del huayno, se había formado una mazamorra llamada chicha, o una chicha tan cargada que parecía mazamorra. Entonces, sin todo ello, quedaba la moda del Llauca, la moda salsa con sus achorados abarrotando legendarios bares como el Sabroso, El Combo de Loza, el Tito’s en La Perla y otros más que eran duros de matar o, en otras palabras,  matas del duraje. Era la salsa dura, con mucha pimienta, mucho ají, mucha dinamita y buena dosis de alucinógenos. Es allí donde se consolida todo ese movimiento de pantalones acampanados y camisas multicolores.

DEL BARCO AL SABROSO.

        Sigilosamente, como la marea que sube sin que te des cuenta, como la neblina que de a poquitos te humedece hasta los ollucos y te los congela en las noches de julio, así llegó a los muelles del Callao, con la complicidad de los estibas, entre productos ilegales, junto al whisky  y los pantalones ‘Lee’ de contrabando, junto a perfumes , licores, la Yohimbina y los relojes con tremendos cadenones, empezaron a llegar calentitos los LP y los 45 de la chacra a la olla, mejor dicho del barco al Sabroso. Bienaventurados los estibas porque ellos fueron los grandes artífices de que ese fenómeno llamado música tropical hecho en NY hoy llamado salsa se metiera de caballazo a los pecaminosos bares de de la avenida  2 de mayo y aledaños.

Hay que darles el crédito a los estibas. Ellos se jactaban – además de sus conquistas amorosas- de sus recientes adquisiciones musicales, las cuales exhibían junto a sus tremendos esclavones de orégano y sus tabas de taco aperillado – de la originalidad de tener en sus manos los primeros temas del Gran Combo, de Eddie Palmieri, de Alegre All Stars y de Joe Cuba con un crooner casi adolescente y libre de drogas llamado Cheo Feliciano. Se escuchaban temas alucinantemente bárbaros con la B de Benny Moré que ya no llegaban, por el estúpido y enfermizo bloqueo a Cuba.

Sin embargo le faltaba algo así como un pellizcón de orégano para completar el saoco, y es que aquella novedosa música tropical se bailaba al estilo guaracha antigua de la Sonora Matancera. No se conocía la coreografía neoyoricua (mitad Nuyol, mitad Boricua); y para aprenderla hubo que transcurrir varios almanaques de Bristol. Los chalacos ebrios escuchaban a un  Pellin Rodríguez quien cantaba muy ufano que tenía un swing sabroso, Palmieri acompañaba a Ismael Quintana en su dolor porque su Muñeca no lo perdonaba. Cheo le había pedido prestado – para no devolverlo jamás - el estribillo de su “I’ll never go back to Georgia” a Dizzie Gillespie y silbaba “el Pito” con Joe Cuba en las congas, llamadas tumbadoras A. C (antes de Castro).

Pasarían algunos cuantos almanaques para que Willie y Héctor rompieran moldes, esquemas y rocolas y alborotaran el cotarro, porque con ellos se cerró el círculo de fuego: ritmo, clave 1-2-3, 1-2,  soneo, solos de trombón, de piano, de timbal, de tumbadoras (rebautizadas  por los gringos, cuando no,  como conga drums,) y la pizca de sabor que faltaba para que los chalacos paladeen: el baile. Y se cerró el círculo, ladies and gentleman, a bailar, showtime, ¡a bailar que el mundo se va a cambiar, let’s dance!

Se llenaban los conos (y no con helado)...

Algunos autores afirman que la salsa nació con la Fania. Nada más falso. La salsa, aún sin ese polémico nombrecillo, desembarcó al rico Llauca un par de años después de la llegada de Castro al poder en Cubita la bella. El primer LP de ese tipo, aunque no se le llamaba salsa, lo escuché por el Gran Combo en los años 63 o 64, pero no sé si por la huelga de tranviarios o por la terquedad de los chalacos para no compartir sus secretos musicales con los limeños mazamorreros, la música latina - como se llamaba a la salsa neoyoricua en esos tiempos - no llegaba a la capital, a Limón. 

Y demoró en llegar algunos años más. Es que empezaban a repletarse los conos y no precisamente de helado, sino de provincianos e inquilinos morosos en unas invasiones a las que la Prensa y El Comercio tildaban de bárbaras, con una tilde que caía como hachazo en el ojo. Y los paisas, por la alegría de saber que jamás volverían a pagar el alquiler de la jato y por la tristeza de recordar los huaynos de su tierra, daban sus primeros pasos de cumbias y chichas de los Demonios de Corrocochay, de los antojos del guitarrista de los anteojos culo de damajuana de un señor llamado Enrique Delgado Montes y sus Destellos.

-  ¡Bailar salsa! – se quejaba un ayacuchano – ¡como si fuese fácil! Esa música es de negros y en mi tierra no los hay, papay, porque los negros en las alturas se ahogan y se mueren nomás, papay. Lo calentito nomás les gusta, papay, además si mi chola me pesca moviendo las caderas, vistiendo esas camisas con los colores de la bandera de Tahuantisuyo – que jamás tuvo bandera – va a pensar que le estoy haciendo brujería como los chamanes que soplan aguardiente y zapatean haciendo sonar una maraca. Peor sería que crea que soy un cholo maricón, papay. Se me va con otro cholo, papay. Mejor bailo mi cumbia nomás, papay. (CONTINUARÁ)