martes, 4 de noviembre de 2014

TITO ELÍAS, LA MAÑA Y LA VELOCIDAD EN LA DEFENSA CELESTE

Por Manuel Araníbar Luna
Tito Elías y el autor de la nota.
Las líneas de retaguardia del Sporting Cristal han sido de la mejor calidad por fuerza y técnica durante varias generaciones. Una de las mejores líneas defensivas cerveceras fue la de la década del sesenta conformada  por cuatro jugadores de real valía: Eloy Campos, Orlando De la Torre, Fernando Mellán y Roberto ‘Tito’ Elías.
Nacido en el criollísimo distrito de Lince el 7 de junio de 1940, en el día de la bandera, Roberto Elías Millares, Tito para todo el mundo, perteneció a las filas del Sporting Cristal desde el año 58. Debutó en el equipo de primera a sus escasos 20 años en el año sesenta. Ingresó aún adolescente al equipo de La Florida, debutando el año 60 en la banda izquierda en reemplazo de nada menos que a Dante “Loco” Rovay. En un inicio alineó en línea de tres con don Alberto Del Solar (+) y teniendo al centro a Orlando Chito De la Torre que había reemplazado a Chemo Ruiz. Más tarde se integraron su compadre Eloy Campos y Fernando Mellán para completar la infranqueable muralla celeste. Surgió así una nueva generación de marcadores que  demostraron que para atravesar sus líneas había que entrar con tanqueta y canillera a prueba de machetazos para luego salir en  ambulancia acompañados de un traumatólogo.
De aquella línea defensiva celeste de los sesentas, Tito era el más técnico, lo que no quiere decir que tuviera pierna de terciopelo. Es que tenía una amplia gama de mañas y recursos para quitarla con oficio, con conocimientos que sólo se dan con  la experiencia. Tito sólo aplicaba la fuerza si el delantero de turno se le enfrentaba en plan respondón o bronquero.
El rey de la velocidad…
Sería injusto completar esta estupenda  ficha técnica sin mencionar otra de sus principales virtudes, la velocidad. Sporting Cristal a inicios de los sesenta tenía a dos laterales que dejaron escuela para los carrileros de hoy en día, ellos eran Roberto “Tito” Elías y Eloy Campos. Ambos eran verdaderos fondistas que se recorrían las bandas acompañando a sus delanteros en el ataque y regresando a todo cuete a cubrir su ala. Ni bien quitaba pelota, Tito habilitaba a don Alberto Gallardo, su puntero izquierdo, y lo acompañaba hasta concretar los ataques. Sabía muy bien entrar en diagonal y centrarla con curva.  Es de ley reconocer que el rey de la velocidad de los sesentas en el Sporting Cristal y en el fútbol peruano era don Roberto Elías Millares. En la extraordinaria selección de México 70’ Tito venció en carreras a grandes velocistas como Eloy Campos, Alberto Gallardo, Julio Baylón, Andrés Zegarra, J. J. Muñante y Cachito Ramírez.
Asimismo hay que subrayar su intuición para adivinar las intenciones de los delanteros, Tito manejaba un sistema original de quitarla y que hoy se toma como cosa normal. Era él quien le hacía el amague al delantero, haciéndole  creer que se aventaba a quitársela, y cuando el delantero la enganchaba para uno de los dos lados, ya Tito le había leído las intenciones y estaba quitándosela con toda facilidad. Y si el delantero se la picaba para llevárselo a la carrera, Tito lo sobrepasaba en un par de trancos. Es que no sólo era el rey de la velocidad en las bandas, también su velocidad se daba en los  reflejos. Los integrantes del comando técnico se sorprendían de su pique en el arranque en carreras de cien metros planos en la pista de ceniza. Milésimas de segundos después de lanzar la voz de inicio de la carrera, ya Tito le había sacado una ventaja de diez metros a sus rivales.
Con el cintillo de capitán…
Tito Elías y Jorge "Gato" Vasquez vivieron en Lince
Por su corrección y su conducta intachable (nunca recibió amonestaciones y casi nunca salió expulsado), a solicitud de doña Estercita Grande de Bentín se le concedió el honor de llevar en el brazo la cinta de capitán durante varios años luego del retiro de don Alberto Del Solar.  “Doña Estercita nos quería como a sus propios hijos. Ella nos arengaba antes de los partidos, inculcándonos que pusiéramos fuerza y coraje. Yo creo que de ahí viene el grito de ‘Fuerza Cristal’”, declara Tito quien también integró la selección de México 70’ a la cual renunció por motivos personales.
La huacha a Pelé…
Cuando Santos Pelé llegó a Lima con su constelación de estrellas  Gilmar, Lima, Zito, Mengalvio, Dorval, Coutinho, Pelé y Pepe para uno de los estupendos cuadrangulares internacionales de verano en los que jugaban versus el  once celeste, Pelé, en la cúspide de su gloria, con dos mundiales ganados, ante las narices  de sus compañeros y la estupefacción de cuarentaicinco mil almas jamás olvidará la huacha que le hizo Tito. El rey del fútbol había dejado como estatuas a varios jugadores celestes en rapidísimas paredes con su compadre el gordito Coutinho, pero  en el último toque la pared le salió demasiado larga y llegó a los pies de Tito. Como Pelé llegaba con toda la viada de un auto de carreras, y viendo que Tito hacía el ademán de reventarla de derecha a cualquier sitio, Pelé abrió sus piernas para planchar la bola, pero en lugar de ello, Tito se la cambió a la zurda y le hizo una escandalosa huacha que lo dejó en ridículo, levantó la cabeza y se la entregó a Alberto Gallardo. El público se rindió ante la extraordinaria exquisitez de Tito y lo premió con una cerrada ovación. Al terminar la jugada al otro lado de la cancha, el rey lo palmoteó para felicitarlo. Honor al mérito.

Tito y su línea defensiva.
“Los delanteros rivales se asustaban con las carretillas de mi compadre Eloy Campos, le corrían al gesto  asesino de Orlando  Del  Torre y a la brusquedad de Fernando Mellán. Entonces venían por mi banda y yo se las quitaba sin problemas. Sólo los rascaba cuando me sobrepasaban o cuando me querían trabajar de labia”.

Tito y una sugerencia para la directiva

“Hagan algo para que este equipo salga adelante, porque cada día estamos peor. Pienso que la directiva debe buscar que compenetrarse con los jugadores antiguos -como es el caso de los de mi época- para que estos chicos de ahora que tienen grandes condiciones representen al futbol peruano y al Sporting Cristal…”

miércoles, 8 de octubre de 2014

LA PORTOLA MISTERIOSA

Por Sócrates Araníbar Luna.
Bajo el caliente sol de marzo, sentados a la vereda  de la esquina de Chin Chin, cuadra 15 de Francisco Lazo, (ubicada al final de la vereda de esta foto), Enrique y Eduardo Murata, Carlos Ramos Velit, el Chino Ricardo Loo, Luis Zevallos  y yo (tremenda sarta de vagonetas) conversábamos de fútbol. Volteando de Manuel Segura, arrastrando los pies al filo de la pared y silbando el tango “Tomo y Obligo” se nos acercó Carpayo, gran personaje de Francisco Lazo.
Muchos tragos y pocas pulgas…
Carpayo era tarapaqueño y al igual que mi padre también había llegado a Lima expulsado de Chile. Como lo comenté en anterior crónica, don Carpio -Carpayo para todo Lince-, era zapatero remendón, hábil con la chaira y hombre de muchos tragos y pocas pulgas, a tal punto que ya le había dado chamba a varios cirujanos de la Asistencia Pública. Sin embargo, no todo era negativo en él: era un temible jugador de damas y ajedrez; gran conversador, gustaba relatar a los muchachos sus correrías infantiles en su natal Tarapacá, además no ocultaba su apego a los animales. Engreía a perros y gatos y, en la época del auge anchovetero de los sesenta, sorprendió a todo Lince con su amor por los pelícanos. Cierta tarde uno de los sorprendidos, don Miguel Hitotsuishi, famoso fotógrafo linceño, lo inmortalizó alimentando a los pobres palmípedos en un par de fotos que fueron publicadas en los diarios de entonces, una de las cuales encabeza esta nota.
¿Vegetariano? hummm…
Las malas lenguas del barrio se preguntaban si Carpayo era vegetariano porque jamás se acercaba a los puestos de carniceros o polleros.
- Verdurita nomás compra, causita -nos decía el verdulero  Machahuay, tremendo personaje de la paradita de Lince, precursor del cholo acriollado y que se vestía a lo hippie y hablaba jerga.  
- Pa’ qué va a comprar carne –respondía Don Juan Bastos, el carnicero del barrio-, si tiene una granja de pelícanos.
La Portola misteriosa…
Sonriente y chaposo, quizás por los efectos de su infaltable cuartito de “salta patrás”, aquel mediodía Carpayo nos invitó a almorzar. Según él, el menú era Portola y arroz con pato. El Chino tenía sus dudas y con toda la concha del mundo que se manejaba nos preguntó:  
- ¿será Patiño o pelicaniño?
- ¿Qué diferencia hay?, ambas aves son palmípedas -, respondió mi compadre Carlos con esa chispa que Dios le dio.  
- La Portola la abro yo, no vaya a ser tripa de pescado- terció Eduardo.
Juro que, temeroso de llevarme un chasco, no fui al almuerzo alegando una cita impostergable, pero al día siguiente Luis Zevallos asegura que vio a Los Cuatro Fantásticos: Enrique y Eduardo, Carlos Ramos y el Chino Ricardo saliendo del llonja de Carpayo escarbándose los dientes con palitos de fósforo.

Y hasta ahora sólo Dios sabe si comieron pato, pelícano o -en lugar de Portola- tripa de pescado entomatada...

martes, 7 de octubre de 2014

HECTOR LAVOE Y PABLO ESCOBAR, LA ANECDOTA QUE SE OCULTÓ…

Por Manuel Araníbar Luna.
Jamás lo volveremos a ver en persona tal como lo disfrutamos en la Feria del Hogar. Nos referimos a Héctor Pérez, más conocido en todo el mundo hispano como Héctor Lavoe. Un día 30 de setiembre no dio su primer grito de recién nacido: sólo cantó. Y sólo la muerte impidió que lo siga haciendo. Aquí una anécdota que se sigue propalando por Radio Bemba, es decir, de boca en boca.
Un taxista se lo relata al cronista colombiano Juan José Hoyos de la siguiente manera:
"había pasado la medianoche cuando, de un extremo de la carretera, saltó un hombre vestido con frac y con los pies descalzos. Se veía que estaba asustado y el chofer no pudo evitar detenerse. El hombre le pidió que lo llevara a su hotel. Le contó que había estado cantando en una fiesta de mafiosos y que la cosa se había puesto fea, que iba sin un dólar y que su nombre era Héctor Lavoe".

Difícil de creer. El chofer estaba convencido de que se trataba de un embuste y le pidió pruebas: 
 - Me va a tener que cantar “Yo soy el cantante” si quiere que lo lleve al hotel -, dijo el taxista. El hombre que ya estaba dentro del auto pareció molestarse:

- Mi pana, ¡pero si por eso fue el problema! ¡Un tipo de esos me hizo repetir como diez veces esa canción, amenazándome con una pistola! ¡Y yo me mamé y le dije a la orquesta no canto más, apaguen los equipos!.
El taxista insistió, le recordó al delgado hombre de sastre que le estaba haciendo un favor al llevarlo sin cobrar y, cuando se dio cuenta, estaba escuchando una voz de otro mundo: 
“Yo soy el cantante / que hoy han venido a escuchar / lo mejor del repertorio a ustedes voy a brindar. / Y canto a la vida / de risas y penas / de momentos malos / y de cosas buenas”. 

Ya no había dudas. Era Héctor Lavoe .

A LAS BALAS ME REMITO
La anécdota, que podía haber pasado como uno de esos cuentos con los que los taxistas nos hacen ameno un viaje largo, tomó elementos de realidad cuando algunos de los miembros de la orquesta de Lavoe dieron su testimonio.
Eddie Montalvo, el conguero del grupo, recordó que el contrato para tocar frente a Pablo Escobar lo había gestionado Larry Landa, un empresario artístico muy ligado al mundo del narcotráfico, que de acuerdo a este Lavoe y compañía debían tocar hasta las dos de la mañana, pero que a Escobar se le dio por extenderlo hasta las seis de la mañana. Así lo declara:
“Cuando fueron las dos de la mañana, Héctor le dijo a la banda que pararan. El organizador los amenazó a punta de pistola para obligarlos a continuar cantando. Quería que Héctor repitiera Yo soy el cantante. Ismael Rivera se envalentonó y los guardaespaldas también. Hasta que los llevaron a un cuarto pequeño que cerraron con llave el resto de la noche (...) Después de una hora, Héctor rompió una ventana y con la ayuda de los otros músicos salieron uno por uno por ahí, sin sus instrumentos, en la oscuridad y con miedo. Por treinta minutos se resbalaron, se cayeron, hasta que salieron a la carretera”.

Y así fue cómo Héctor Lavoe terminó en el taxi del narrador de esta historia un día de enero de 1981. Pero allí no acabó: al día siguiente del incidente un desconocido visitó a Héctor y su banda en el hotel donde se hospedaban. Les dejó un cheque, los pasaportes que les habían decomisado, los instrumentos retenidos y las disculpas respectivas.

sábado, 4 de octubre de 2014

MELITON CARVAJAL, VIDA Y MILAGROS.

Por Manuel Araníbar Luna
No, esto no va a ser un discurso de los que escuchábamos todos los años en el patio del colegio de mi infancia. 
Nada más aburrido que aquella cantaleta de todos los días, un ritual  un poco menos soporífico que la misa dominical y las ceremonias de la primera comunión. 
Lo que sucede es que  en mi colegio que lleva el nombre del héroe, jamás supimos nada de su vida ni hallamos una imagen tan clara de él.  A pocos días de conmemorarse un año más de la gesta del Combate de Angamos, comos linceños y carvajalinos, les dejamos esta pequeña biografía que hemos hallado en las redes sociales. La transcribimos tal cual la hemos hallado, sin correcciones.

Manuel Melitón Carvajal Ambulódegui
(Lima, 10 de marzo de 1847 - † idem, 19 de septiembre de 1935), fue un marino peruano que formó parte de la tripulación del reconocido monitor Huáscar, participando en todos los combates del mismo durante la Guerra del Pacífico.
Fue herido y tomado prisionero en Angamos. Convertido desde entonces en un héroe viviente, incursionó en la política, sin dejar de servir en la marina. Participó activamente en la Reconstrucción Nacional y en la recomposición de la flota naval del Perú, contribuyendo de gran manera al desarrollo nacional, con notables contribuciones en las especialidades de cartografía y comunicaciones.
Fue diputado del Congreso de la República por Andahuaylas (1883); ministro de Hacienda y Comercio (1894), ministro de Guerra y Marina (1900, 1901-1902 y 1913-1914), presidente del Consejo de Ministros (1914) y segundo vicepresidente de la República (1915-1919).
Un colegio nacional (antigua Gran Unidad Escolar) ubicado en el distrito de Lince lleva su nombre, en su honor.


jueves, 16 de enero de 2014

Historia del Club "Alianza Libertad Lince"

Escribe: Luis Valverde Pando

Corría el año 1928 y en lo que hoy es el distrito de Lince se habían edificado pocas viviendas. Se le conocía como la Hacienda Risso, anexada al fundo Lobatón. Sin embargo, algunos ya lo identificaban como Lince. La historia dice que recién se llegó a consolidar como distrito el 18 de mayo de 1936 por Ley N° 8281 promulgada por el Congreso Constituyente bajo la presidencia del Dr. Clemente Revilla y siendo su primer Alcalde el Sr. Juan R. Velásquez.

Sin embargo, ocho años antes de este acontecimiento el 9 de febrero de 1928 ya había nacido el Club "Alianza Libertad Lince", teniendo como sus fundadores a un grupo de jóvenes linceños amantes del fútbol, que por aquella época utilizaban el terreno donde hoy se ubica la Plaza Pedro Ruiz Gallo, como campo de fútbol. Años mas tarde también lo hicieron en otro escenario deportivo conocido como la cancha de "Maquilón" la cual se ubicaba al final del Jr. Francisco Lazo.

TODOS ERAN INTIMOS

Estos jóvenes deportistas acordaron fundar una institución tras una reunión llevada a cabo en la casa del recordado zapatero Carpio, ubicada en la Cdra. 15 del Jr. Francisco Lazo. Luego de deliberar cual sería el nombre que llevaría la nueva flamante institución, fue finalmente Francisco Jara, quien lo bautizó como "Alianza Libertad Lince". Jara alternaba por aquella época como puntero derecho en el Club "Alianza Lima" y como gran parte de los jugadores "Intimos" también vestían la camiseta del cuadro de Lince fue un factor decisivo para darle dicho nombre y posteriormente contar con su local en el Jr. Bartolomé Herrera 625.

COMIENZA A CRECER

Era tal el entusiasmo de sus directivos que al poco tiempo y al contar con un buen plantel deportivo, deciden afiliarse a la Liga de Fútbol de Lima-Cercado (fundada en 1912) para competir oficialmente en el torneo de Tercera División Amateur. Al poco tiempo consiguieron el ascenso a Segunda Amateur para después ascender a la Primera Amateur. Los viejos aficionados linceños y sobre todo los hinchas de este decano Club recuerdan con orgullo y alegría cuando en al año 1947 ganó el famoso campeonato Interbarrios de Fútbol Lima y Callao que organizo la Revista "Golazo", que dirigía el recordado periodista Víctor Rodríguez Leyva (VARLEYVA).

SIETE RELAMPAGOS

En la década del 50´ esta prestigiosa institución ganó durante siete años consecutivos los campeonatos relámpagos que organizaba por Fiestas Patrias el Consejo Distrital de Lince. Otra de sus grandes campañas que se recuerda aconteció en el año 1960 cuando se consagró como campeón de la Primera División de la Liga de Futbol de Lima, llegando a disputar el ascenso a la Segunda Profesional con los Clubes "Telmo Carbajo" del Callao y el "Association Chorrillos" de la Liga de Balnearios. Entre sus antiguos dirigentes podemos destacar a: Andrés Borgoño, Alfonso Villanueva, Moisés Corrales, Juan Itami, Carlos Seminario, Juan Lártiga, Manuel Cornejo, Jorge Pando, Enrique García y Pedro Alfaro entre otros; quienes brindaron su valioso aporte.

GRANDES FIGURAS

A lo largo de su vida institucional numerosos cracks vistieron su camiseta para luego emigrar a equipos de la orbita profesional entre quienes podemos destacar a: "Gallareta" Luna (Mariscal Sucre y Selecciones Peruanas), Carlos Tovar (Universitario y Selecciones Peruanas)), Fernando Muro (Alianza Lima), Amador Muñoz (Mariscal Sucre), Carlos Lecaros (Carlos Concha), Alfonso Lártiga (Carlos Concha), Salvador Goyeneche (Mariscal Sucre), Carlos Muñoz (Ciclista Lima), Miguel Velásquez (Alianza Lima), Rafael Noé (Deportivo Municipal), José Custodio (Alianza Lima), Hugo Sotil (Deportivo Municipa y Selecciones Peruanas), Orlando Guzmán (Deportivo Municipal), Samuel Eugenio (Universitario), German Colunga (Deportivo Municipal y Selecciones Peruanas) y Luis Sales (Mariscal Sucre) entre otros.

GRAN DIRIGENTE

Sin duda el dirigente que más se identificó con el Club "Alianza Libertad Lince" y quien trabajo por más de 60 años brindando su valioso aporte y llegando a constituirse como todo un ejemplo dirigencial, fue el también recordado Jorge Pando Elías (delegado).
En vida recibió números homenajes, siendo distinguido con medallas, diplomas y platos recordatorios tanto por el Consejo Distrital de Lince así como también por la Liga Provincial de Fútbol de Lima, en merito a su invalorable aporte en bien del deporte nacional.


A través de LINCE Y LOBATON queremos testimoniar nuestro reconocimiento a todas las personas que han hecho posible mantener con vida al Club "Alianza Libertad Lince", institución decana de nuestro distrito que este año (9 de febrero 2014) estará cumpliendo sus 86 años de fundación. Su trayectoria la ubican como una entidad ejemplar en el distrito puesto que también se recuerda la labor social que cumplió mediante su recordado Comité de Damas, quienes en Fiestas Patrias y Navidad, siempre se preocuparon en hacerles llegar víveres y juguetes a las familias más necesitadas.


Felicitaciones y siempre permanecerá en el recuerdo de todos los linceños esta querida institución que dio mucho prestigio deportivo a nuestro distrito.

Artículo publicado el 02 de setiembre del 2003 en la pág. "Ayer, Hoy y Siempre" del Diario "Todo Sport" por Luis Valverde Pando.



miércoles, 8 de enero de 2014

RECUERDOS CARVAJALINOS: LA CANCHA

Por Manuel Araníbar Luna
Se venía el aniversario de El Portal Celeste. Y Beto, el director, decidió organizar un  partido de fulbito entre hinchas y redactores. Y entonces de Ernesto salió la idea: 
- alquilemos una canchita de pasto artificial en el Melitón Carbajal.
¿Qué dijo?
Me pellizqué las orejas. Dijo bien. De la conferencia por la presentación de Ahmed en la Florida tomamos de frente por Alcázar, Tacna, Wilson, Gálvez, Iquitos y llegamos.
¿Sabes cuánto tiempo había pasado desde la última vez que pisé este legendario colegio de mi adolescencia? ¡Uf, qué te digo! Fue el año 64, nos mudamos al Callao y ese año pasé mi última temporada en el colegio. Eran ocho viajes de tranvía diarios. Luego me alejé del todo dejando un baúl de recuerdos de mi barrio y mi colegiazo.
De niño lo veía inmenso con sus paredes de ladrillo rojo que combinaban con el color merengue. Todas las grandes unidades tenían el mismo color de fachada, rejas y una que otro cambio.
La cancha y su portero renegón.  
Entramos por la cancha. Mejor dicho "las canchas", porque eran varias canchas de pasto artificial. Primera de las muchas sorpresas de ese día. Ya no estaba el inmenso portón verde de pino Oregón apolillado cuyos goznes rechinaban como catre de recién casados. Ahora todo era moderno, puerta de reja metálica bien pintadita, guardián uniformado y servicial. En la cancha ya no está la llama ni su descendencia. Además hubiera muerto de intoxicación por comer pasto artificial. Por supuesto, tampoco estaba el antiguo portero que rezongaba contra todo estudiante palomilloso que pasaba por ahí. Y claro, los culpables éramos casi todos: molestábamos a la llama, ensuciábamos sus cordeles, los pelotazos golpeteaban sus ventanas, nos escapábamos a la calle por la tapia que daba detrás de la piscina hacia el jardín de la unidad vecinal que colindaba con San Eugenio, y de la misma forma  ingresábamos por ahí cuando llegábamos tarde. La única forma de calmarlo, al menos por un rato era regalarle cigarrillos Country para que se haga el loco. Pero el guardián no fumaba, los revendía a una peseta, o sea veinte cobres, lo cual era un robo escandaloso para un escolar que vivía de sus propinas.
Los festivales dominicales
Pero sus peores pesadillas las vivía los domingos con los festivales deportivos. El sufrido portero debía tener cuidado con los visitantes: llegaban gentes con espíritu deportivo, pero junto a ellos se infiltraba gente de mal vivir: orinaban sobre las paredes, defecaban en cualquier rincón, rompían botellas, se robaban la ropa del cordel, y no faltaban parejas furtivas que se quedaban en las esquinas oscuritas. 
Y a su mujer, mucho más renegona,  había que comprarle sus intragables gaseosas rojas o anaranjadas, tibias y con chapas oxidadas de marcas desconocidas. ¿De dónde las traería? Después, empezó a vender marcianos, diz que de frutas. Eso no se lo creía ni un bebé de tres años. Los de chicha morada ni eran de chicha ni eran morados. Y de los otros sabores ni hablar, los de leche, por ejemplo, tenía un sabor a yeso mezclado con talco de carnavales.
La piscina.
La piscina antes estaba al aire libre. Las clases de Educación Física con los profesores Gómez Sánchez y Vallejo (otrora campeón de atletismo a nivel nacional) la hacíamos en  piscina en los meses de abril y mayo. En abril no había problema porque el calorcito aún entibiaba las veredas. Pero en mayo, ¡uy curuju! El frío ya picaba. Aun así el agua era temperada. Ahora está techada con vidrios templados en todo el contorno y vestidores  modernos. Una maravilla.

Pregunta: Nos informaron que el famoso Camarón, trabajador muy querido por los alumnos de varias generaciones, estuvo delicado de salud. Hagamos  votos por su restablecimiento.

CONTINUARÁ… 

viernes, 3 de enero de 2014

LA FUNDACIÓN DEL SPORT LINCE, UNA SEMBLANZA...

Por Sócrates  Araníbar Luna
El 1° de Diciembre de 1945  (fecha por confirmar) un  grupo de adolescentes, recién salidos de la niñez, vecinos de Lince, precisamente de la esquina donde confluyen Francisco Lazo , Manuel Castañeda y Manuel Segura , las 5 esquinas linceñas, formaron lo que al paso del tiempo seria una de las más emblemáticas instituciones deportivas del distrito: El Sport Lince.

Los fundadores...
Los jóvenes ilusionados con un club con el cual sacar cara por Lince deportivamente hablando eran, entre otros:

Roberto Carrillo, Antonio y Emilio Ruiz, Jorge Gonzales, Manuel Ramos Junchaya, Juan Saldarriaga, Humberto Mejía Borgoño, Oziel Araníbar Luna, Carlos y Santiago Masías Puente, Guillermo Cruz, Carlos García, Moisés García Da Silva  Pedro y Carlos Seminario Bravo.

Como todo cuadro de barrio que se precie de ser bien organizado se eligió por voto secreto al primer Capitán, Don Oziel Aranibar Luna.

El uniforme original era el verde olivo, obsequiado por Don Juan Velásquez, dueño de la botica que llevaba su apellido en la esquina de Gálvez y Segura. Don Juan. Para quienes aún no están enterados, el señor Velasquez fue el primer Alcalde del distrito de Lince. El primer presidente del flamante club fue el Señor Benjamín Murata Centeno, más conocido como 'Bacanaire', padre de Eduardo y Enrique, tremendos jugadores de la sexta cuadra de Emilio Althaus.

Este primer equipo fue sensación en el ambiente deportivo de todo Lince y Lobatón. Su arranque fue arrollador, pues dio cuenta de cuanto rival se le ponía al frente, debido a esto a la calidad de sus jugadores a quienes se les calificaba como merecedores de jugar en la primera división.

Un pequeño cisma…
  Algunos de ellos fueron tentados por otros clubes,  lo que provocó un cisma que puso en peligro el futuro de la nueva institución.
A raíz de esta primera ruptura, algunos de sus integrantes formarían luego el Sport México. Una verdadera pena para un grupo de muchachos que se habían criado juntos.

La reunificación se definiría en un partido donde el Sport Lince impuso condiciones y donde prevaleció la amistad, lo que llevó a que la concordia volviera a estabilizar el grupo.

En esta difícil época, el verdadero gestor de la ansiada reunificación fue Don Emilio Ruiz, quien sugirió  formalizar la Institución para afiliarla a la Liga de Fútbol de Lima.

Un equipo que nació campeón...
Para el primer campeonato de la Liga de 1956, El equipo se reforzó con los también vecinos del barrio: José Asca, Roberto Marchena, Alatrista, Cèsar Caro, Humberto Pacheco Odría "Huevo" y José ‘Pepe’ Bregante. El primer DT para esta lid fue Don Demetrio Díaz.
 Estos muchachos de barrio lograron que el Sport Lince se convirtiera en el primer equipo en toda la historia de la Liga que lograra el campeonato en el mismo año de su inscripción, la cual fue el 16 de Octubre de 1,956
Los integrantes de esta epopeya deportiva fueron:

En el arco Humberto Mejia,
Línea defensiva: José Bregante y José Asca de backs centrales; Santiago Masias y Carlos Masías como laterales ;
Volantes: Oziel Araníbar y Ayulo;  
Delantera: ‘Jando’, ‘Huevo’ y Guillermo Cruz en las puntas,  Moisés García y César Caro de entrealas y como delantero centro Roberto Marchena.

Alternaban tambien en el equipo campeón: Emilio Ruiz, Alatrista, Agüero, Odría entre otros.

Nuevas hornadas…
Con los años llegó la necesaria renovación con otros jóvenes como Juvenal Bravo, Ernesto Mejía, José Zavala, Santiago Matta, Hildebrando Zambrano, Beto Aguilar, Pelón Díaz, Adrián Solís, Zanatta, Riquelme, Carlos y Alfredo Hernández, Eduardo y Raúl Calle, Carlos Luna,  etc. es digno recalcar que los que trascendieron en el equipo hasta casi los 40 años fueron Oziel Araníbar Luna y Humberto Mejía Borgoño.

Beto Mejía, un caballero a carta cabal…
En esta breve reseña es del caso mencionar al Señor HUMBERTO MEJIA BORGOÑO, Beto, quien,  por su diligente y desinteresada actividad logró que el SPORT LINCE se mantenga siempre activo en todo certamen realizado en Lince a lo largo de casi 60 años.  

Sin nuestro querido Beto, las familias Márquez y Ramos y el apoyo siempre activo de Delia, Antonia e hijos, Manuel y demás integrantes de estas grandes familias, la institución no hubiera logrado mantenerse activa en estas seis décadas.

En lo personal me precio de ser amigo de Beto, de haber compartido con él, en la cocina de su casa, tragos, confesiones, bromas, risas, tristezas y una amistad a toda prueba, sin que haya una pizca de irrespeto en ninguna de las dos direcciones. En estas líneas deben haber notado que no hay, a diferencia de otras, bromas ni situaciones humorísticas y es que el momento no lo amerita.
(Continuará…)