martes, 7 de julio de 2020

EL SOBRENOMBRE DE GALLARETA


Por Manuel Araníbar Luna
Días atrás, previo a su cumpleaños —el 6 de julio, día del Maestro—, el nombre del tío José fue mencionado en el Facebook por viejos comentaristas sobre los famosos defensores macheteros de la década de los 40.  Comentaron de todo, mayormente del juego brusco que hicieron famosa a esa pareja de backs a quienes los delanteros les temían, pero quedó flotando una pregunta que uno de los cincuentones hizo a los maestros del periodismo: “¿Por qué le decían Gallareta?”.  Aquí la respuesta que no la pude mencionar en su debido momento por causa de los ajetreos del trabajo
La historia del famoso sobrenombre saltó a la palestra entre chistes colorados y carcajadas de los vecinos de Lince y La Victoria en una rueda de anisado la noche del velorio de la abuela Rosa en el Callao, y fue corroborado por el mismo José Luna y por su hermano César “Pirimpi”.
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Salga pato o gallareta...
Aquella tarde de su debut en las canchas, en minutos previos al partido en que Mariscal Sucre debía enfrentar al Circolo Sportivo Italiano, el defensa titular se había lesionado, y el suplente llegó  borracho y se había quedado dormido en el camarín del antiguo estadio Nacional. Cuando Máximo “Macho” Gómez vio que entrenador pateaba las bancas con furia le sugirió que llame a Luna, un juvenil que estaba en la tribuna.
El entrenador salió a la cancha y a una indicación de Macho lo mandó llamar para que vaya a cambiarse y calentar.  Para su suerte Gallareta, era de la misma talla 46 del titular lesionado. Luego de las instrucciones respectivas (que le deje un recuerdo en las canillas al wing rival), ante la presencia de los dirigentes presentes en el camarín le dijo unas palabras que resultaron inolvidables:
—Este es tu momento. Estas entrando por una emergencia y ya no puedo echarme para atrás. Me estoy jugando un riesgo en hacerte jugar, y lo harás salga pato o gallareta.
Luego del partido, tras su buen desempeño y contento por haber obedecido las órdenes (aunque se había pasado de la raya en cuanto al juego brusco), el entrenador y los dirigentes lo palmotearon.
—¿Recuerdas que te dije que me estaba jugando un riesgo al hacerte jugar “salga pato o gallareta”? ¡y no me equivoqué porque salió gallareta!
Emocionado, al llegar al barrio de Lince el tío José les contaba a los amigos las palabras del entrenador antes y después del encuentro
—…¡y me dijo que tenía que jugar salga pato o gallareta!
Tantas veces lo repitió aquella noche y los siguientes días de la semana que los amigos de Lince lo empezaron a llamar así:
—¡Hola Gallareta!
Al principio se molestaba. Tanto así que en un partido amistoso en el parque Matamula un espectador le gritó el apodo. Gallareta lo correteó y para suerte del que profirió el apodo no lo alcanzó. No obstante, el apodo se hizo famoso en Lince y en La Victoria. Y una noche de juerga en local del Sucre, que en aquel tiempo estaba ubicado cerca al local de su rival Alianza, se lo contaron a un periodista que participaba en la borrachera. Este reportero lo publicó al día siguiente y la chapa quedó. Total, Gallareta le pusieron y Gallareta se quedó.


jueves, 4 de junio de 2020

NICOMEDES SANTA CRUZ EN EL RECUERDO (1)


Por Manuel Araníbar Luna
Desde hace una semana, el amigo linceño Enrique Roggero está subiendo algunos posts recordándonos que el día de la cultura afroperuana se celebra el 4 de junio en homenaje a una figura descollante en el campo de la cultura Don Nicomedes Santa Cruz Gamarra, nacido precisamente en un día como hoy. Desde niños supimos deleitarnos y sorprendernos con la gran capacidad, ingenio e improvisación del gran decimista don Nico, miembro de una familia de músicos, compositores, decimistas, dramaturgos y toreros. Con respecto a su nacimiento, lo dice en su composición:

Mi abuela parió a mi madre (segunda décima)


Tengo seis hermanos hombres

y tres hermanas mujeres

los diez cumplimos deberes

que engrandecen nuestros nombres.

Hoy, por darme más renombre,

esta décima escribí

porque poeta nací

y en noche de plenilunio

el día 4 de junio

mi madre me parió a mí.


Don Nico vivió junto a su numerosa familia en Lince, precisamente en José Leal. Aparte de sus versos llenos de picardía,  tinte político y humor,  ha sido protagonista de incontables anécdotas en sus correrías porlos barrios de La Victoria, Breña, Lince y Lobatón. Aquí una de ellas.

“Estudié aquí nomás…”
Cierta noche de inicios de los sesenta, grande fue nuestra sorpresa cuando, durante el show de cierre de una kermesse benéfica, sobre el estrado colocado al centro del parque Pedro Ruiz Gallo (plaza principal de Lince),
Recitó su famosa décima A cocachos aprendí, llamada también La Escuelita
A cocachos aprendí
mi labor de colegial
en el Colegio Fiscal
del barrio donde nací.

Tener primaria completa

era raro en mi niñez
(nos sentábamos de a tres
en una sola carpeta).
Yo creo que la palmeta
la inventaron para mí,
de la vez que una rompí
me apodaron mano´e fierro,
y por ser tan mataperro
a cocachos aprendí.

Juguetón de nacimiento,
por dedicarme al recreo
sacaba Diez en Aseo
y Once en Aprovechamiento.
De la Conducta ni cuento
pues, para colmo de mal
era mi voz general
«¡chócala pa’ la salida!»
dejando a veces perdida
mi labor de colegial.

¡Campeón en lingo y bolero!
¡Rey del trompo con huaraca!
¡Mago haciéndome «la vaca»
y en bolitas, el primero…!
En Aritmética, Cero.
En Geografía, igual.
Doce en examen oral,
Trece en examen escrito.
Si no me «soplan» repito
en el Colegio Fiscal.

Con esa nota mezquina
terminé mi Quinto al tranco,
tiré el guardapolvo blanco
(de costalitos de harina).
Y hoy, parado en una esquina
lloro el tiempo que perdí:
los otros niños de allí
alcanzaron nombre egregio.
Yo no aproveché el Colegio
del barrio donde nací…

La sorpresa para los linceños fue que antes de recitar su famosa décima señaló con el índice hacia la cuadra 17 de la avenida Militar, volteando la esquina de la antigua Botica Candamo.
“Yo también he vivido en Lince"  -dijo con su característica voz gruesa-, "y estudié aquí nomás, a la vueltita, en el antiguo colegio fiscal Nº 458, Francisco Fabio Brenner”.
Me sentí orgulloso, pues era yo aún un alumno del legendario colegio Brenner (del cual uno de estos días voy a escribir todas las anécdotas de mi infancia primariosa).
La ovación fue unánime, Y el famoso decimista desde ese momento fue incluido en la Galería de Personajes Célebres de Lince. Me refiero, por supuesto, a la galería que guardamos en la memoria, porque, a decir verdad-y dicho en buena onda, sin pizca de sarcasmo-, ignoramos si en la Municipalidad o en algún otro ente de nuestro querido distrito existe una Galería de la Fama, o como se llame, donde se destaque personajes célebres de Lince.