Linceño
multifacético. Conduce un programa de radio, otro de TV, la noche es mía,
escribe en Somos el magacín sabatino de El Comercio. Carlos Galdós es todo un
personaje: dice lo que piensa, odia el racismo, la cucufatería, la politiquería,
la pituquería despreciativa, la huachafería de quienes sin tener nada imitan a los
que tiene todo y ... muchas cosas más que no caben en un reportaje. En una entrevista de Perú.21, Carlos Galdós habla con cariño de
Lince, el barrio en que nació y lo vio crecer. En fin, es un personaje que se
las trae. Y además ama a Lince.
¿Alguna
vez viviste unas vacaciones permanentes?
Ya quisiera. Cuando
uno es chiquillo, los viejos no te dejan; además, desde muy chico tuve muchas
responsabilidades. Claro, en Lince tuve bastantes noches de fiesta, de
madrugada, de parque, donde la gente llegaba en tandas: la primera, de jóvenes,
que se quedaban hasta que nuestras mamás nos llamaban a dormir; luego venía la
gente de parque, la chonguera, y más tarde llegaba el residual achorado y bravo
que tomaba Cienfiegos con Kanú en jarra de plástico (ríe). (el subrayado es
nuestro)
Dicen
que uno recién es famoso cuando te imitan en un programa cómico…
Me imitaba
‘Felpudini’ (risas). Me parecía genial, qué talentoso, era tal cual. Me fui a
hablar con mi vieja y le dije: “Tengo un hermano que me has negado” (risas). En
las imitaciones está cómo te percibe la gente, lo que uno no logra ver. Al
observarlo –al observarme–, sentía que tenía gusanos en el estómago, ¡de dónde
tanto movimiento! (y mueve las manos). A veces, cuando hablaba de mis viajes,
sonaba pretencioso; son cosas que uno debe cuidar.
Escribes
en Somos, tienes un programa en Studio 92, desde el lunes conducirás La noche
es mía. ¿Cómo manejas todas estas facetas?
También tengo una
hija, una novia; acabo de publicar un libro y hago mis unipersonales. Hay
personas que pueden trabajar de 8 a.m. a 10 p.m. en una oficina y son felices;
si me ponen en una, me suicido. Mi trabajo implica una gran dosis de
creatividad y, aunque no lo parezca, es desgastante pues, para mí, el ocio es
un trabajo.
¿Tu
madre está orgullosa de ti?
No se lo he
preguntado. ¿Qué intuyo? Que sí. Mi vieja y mi entorno –la gente que me quiere,
que no suma más de cuatro personas– se preocupan por mí: quieren que esté
contento, que haga lo que me gusta. Y cuando le conté a mi hija –quien tiene
seis años– que me iban a dar un programa en la TV, me dijo: “Ya era hora”.
¿Qué
le agradeces a Lince?
Todo. Lince me dio la
piel y me la curtió. Y más que a Lince, le agradezco todo a mi origen: mi
madre; a ella, en verdad, le agradezco todo.
Tomado de Perú 21.pe
Autor: Gonzalo Pajares.
gpajares@peru21.com
Otro linceño que destaca en lo que le gusta y sabe hacer. Felicitaciones Carlos.
ResponderEliminarLince siempre tuvo gente talentosa y Carlos Galdós, no es la excepción. Hay literatos, periodistas, políticos, deportistas, etc.
ResponderEliminarHya algunos que destacan por ser cabecilla de una banda de delincuentes, como el actual alcalde. Ahora la banda se a dividido. La otra facción la dirige el también candidato a la alcaldía quien fue hasta hace muy poquito su brazo derecho......el tal Gian Carlo Flores, otra ave de rapiña que de ganar, taparía todos los manejos turbios de su inseparable alcaldillo....¿no es así?......estos creen que los linceños son giles......ya verán en las elecciones como les contestaran los linceños........ladrones de M......
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