Por
Manuel Araníbar Luna
Tito Elías y el autor de la nota. |
Las líneas de retaguardia
del Sporting Cristal han sido de la mejor calidad por fuerza y técnica durante
varias generaciones. Una de las mejores líneas defensivas cerveceras fue la de
la década del sesenta conformada por
cuatro jugadores de real valía: Eloy Campos, Orlando De la Torre, Fernando
Mellán y Roberto ‘Tito’ Elías.
Nacido en el criollísimo distrito
de Lince el 7 de junio de 1940, en el día de la bandera, Roberto Elías
Millares, Tito para todo el mundo, perteneció a las filas del Sporting Cristal
desde el año 58. Debutó en el equipo de primera a sus escasos 20 años en el año
sesenta. Ingresó aún adolescente al equipo de La Florida, debutando el año 60
en la banda izquierda en reemplazo de nada menos que a Dante “Loco” Rovay. En
un inicio alineó en línea de tres con don Alberto Del Solar (+) y teniendo al
centro a Orlando Chito De la Torre que había reemplazado a Chemo Ruiz. Más
tarde se integraron su compadre Eloy Campos y Fernando Mellán para completar la
infranqueable muralla celeste. Surgió así una nueva generación de marcadores
que demostraron que para atravesar sus
líneas había que entrar con tanqueta y canillera a prueba de machetazos para luego
salir en ambulancia acompañados de un
traumatólogo.
De aquella línea defensiva
celeste de los sesentas, Tito era el más técnico, lo que no quiere decir que tuviera
pierna de terciopelo. Es que tenía una amplia gama de mañas y recursos para quitarla
con oficio, con conocimientos que sólo se dan con la experiencia. Tito sólo aplicaba la fuerza
si el delantero de turno se le enfrentaba en plan respondón o bronquero.
El
rey de la velocidad…
Sería injusto completar esta
estupenda ficha técnica sin mencionar otra
de sus principales virtudes, la velocidad. Sporting Cristal a inicios de los
sesenta tenía a dos laterales que dejaron escuela para los carrileros de hoy en
día, ellos eran Roberto “Tito” Elías y Eloy Campos. Ambos eran verdaderos
fondistas que se recorrían las bandas acompañando a sus delanteros en el ataque
y regresando a todo cuete a cubrir su ala. Ni bien quitaba pelota, Tito
habilitaba a don Alberto Gallardo, su puntero izquierdo, y lo acompañaba hasta
concretar los ataques. Sabía muy bien entrar en diagonal y centrarla con curva.
Es de ley reconocer que el rey de la
velocidad de los sesentas en el Sporting Cristal y en el fútbol peruano era don
Roberto Elías Millares. En la extraordinaria selección de México 70’ Tito
venció en carreras a grandes velocistas como Eloy Campos, Alberto Gallardo,
Julio Baylón, Andrés Zegarra, J. J. Muñante y Cachito Ramírez.
Asimismo hay que subrayar su
intuición para adivinar las intenciones de los delanteros, Tito manejaba un
sistema original de quitarla y que hoy se toma como cosa normal. Era él quien le
hacía el amague al delantero, haciéndole creer que se aventaba a quitársela, y cuando
el delantero la enganchaba para uno de los dos lados, ya Tito le había leído
las intenciones y estaba quitándosela con toda facilidad. Y si el delantero se
la picaba para llevárselo a la carrera, Tito lo sobrepasaba en un par de
trancos. Es que no sólo era el rey de la velocidad en las bandas, también su
velocidad se daba en los reflejos. Los
integrantes del comando técnico se sorprendían de su pique en el arranque en
carreras de cien metros planos en la pista de ceniza. Milésimas de segundos
después de lanzar la voz de inicio de la carrera, ya Tito le había sacado una
ventaja de diez metros a sus rivales.
Con
el cintillo de capitán…
Tito Elías y Jorge "Gato" Vasquez vivieron en Lince |
Por su corrección y su
conducta intachable (nunca recibió amonestaciones y casi nunca salió
expulsado), a solicitud de doña Estercita Grande de Bentín se le concedió el
honor de llevar en el brazo la cinta de capitán durante varios años luego del
retiro de don Alberto Del Solar. “Doña
Estercita nos quería como a sus propios hijos. Ella nos arengaba antes de los
partidos, inculcándonos que pusiéramos fuerza y coraje. Yo creo que de ahí
viene el grito de ‘Fuerza Cristal’”, declara Tito quien también integró la
selección de México 70’ a la cual renunció por motivos personales.
La
huacha a Pelé…
Cuando Santos Pelé llegó a
Lima con su constelación de estrellas Gilmar,
Lima, Zito, Mengalvio, Dorval, Coutinho, Pelé y Pepe para uno de los estupendos
cuadrangulares internacionales de verano en los que jugaban versus el once celeste, Pelé, en la cúspide de su
gloria, con dos mundiales ganados, ante las narices de sus compañeros y la estupefacción de
cuarentaicinco mil almas jamás olvidará la huacha que le hizo Tito. El rey del
fútbol había dejado como estatuas a varios jugadores celestes en rapidísimas
paredes con su compadre el gordito Coutinho, pero en el último toque la pared le salió
demasiado larga y llegó a los pies de Tito. Como Pelé llegaba con toda la viada
de un auto de carreras, y viendo que Tito hacía el ademán de reventarla de
derecha a cualquier sitio, Pelé abrió sus piernas para planchar la bola, pero
en lugar de ello, Tito se la cambió a la zurda y le hizo una escandalosa huacha
que lo dejó en ridículo, levantó la cabeza y se la entregó a Alberto Gallardo.
El público se rindió ante la extraordinaria exquisitez de Tito y lo premió con
una cerrada ovación. Al terminar la jugada al otro lado de la cancha, el rey lo
palmoteó para felicitarlo. Honor al mérito.
Tito
y su línea defensiva.
“Los
delanteros rivales se asustaban con las carretillas de mi compadre Eloy Campos,
le corrían al gesto asesino de
Orlando Del Torre y a la brusquedad de Fernando Mellán. Entonces
venían por mi banda y yo se las quitaba sin problemas. Sólo los rascaba cuando
me sobrepasaban o cuando me querían trabajar de labia”.
Tito
y una sugerencia para la directiva
“Hagan
algo para que este equipo salga adelante, porque cada día estamos peor. Pienso
que la directiva debe buscar que compenetrarse con los jugadores antiguos -como
es el caso de los de mi época- para que estos chicos de ahora que tienen
grandes condiciones representen al futbol peruano y al Sporting Cristal…”
Señores redactores, ustedes olvidan que en el Sporting Cristal también jugaron otros linceños como Rubén Correa y Velita Aquije. Correa después iría a Universitario y Velita está radicado en Estados Unidos.
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