Escribe: Anibal Neyo Berrocal
Vergara
Esquina de Chin Chin, Lazo con Segura. |
I. En
la esquina de Chin Chin
Llegué
a vivir a Lince, precisamente a la 15 de Francisco Lazo a los 8 años, a la
misma quinta donde vivía el al gran amigo Sócrates Araníbar, unos años mayor
que yo. Los Araníbar eran varios hermanos, pero a quien más lo frecuenté fue a
su hermano menor Manolo. Aquí una anécdota con Sócrates: recuerdo que un día
formábamos circulo en la esquina de Chin Chin de Francisco Lazo, donde se
encontraba también su entrañable amigo Carlos Ramos Velit, quien profirió una frase de lo que le había
sucedido en la noche anterior:
—Entró la libélula a mi cuarto y
si no fuera por sus lucecitas con que alumbraba no lo hubiera podido notar…
De
inmediato Sócrates retrucó:
—No era una libélula sino una luciérnaga.
Son animales muy distintos.
De
inmediato imaginé cuáles eran las palabras que un hombre de buen gusto debía
utilizar y cuáles las palabras que debía evitar. El escenario –aquella inolvidable
esquina linceña— en vez de un mero lugar de entretenimiento era un manual
hablado y práctico de las buenas maneras. Siempre pensé que Sócrates estudiaba el
pequeño diccionario ilustrado Larousse editado en aquellos años.
II.
Años
carvajalinos…
Me
formé en la G.U.E. Meliton Carvajal y
no llegué a conocer a Javier Heraud cuando enseñaba el curso de Literatura en
mi entrañable colegio, pero los profesores de ese curso eran muy exigentes en
sus clases. Había que aprender de memoria Las
40 estrofas de las coplas de Manrique o La
vida es sueño de Calderón de la Barca.
En el Melitón Carvajal tuve el honor
de compartir carpeta con el escritor José Gutiérrez Souza, quien al terminar la secundaria y en la vida
universitaria escribió la novela Así
hablo Arturo y se fue a vivir a España donde radica actualmente. Era
diferente a mis demás compañeros de clase, devoraba libros, leyendo y leyendo.
A él sí le cayeron los motazos y los papelitos disparados por una liguilla como
proyectil. Nunca reclamaba; sólo se tocaba la oreja como si fuera un tingonazo
más propinado por el sacerdote apodado ‘el
cura Bolo’ quien enseñaba religión y con quien entraba en polémica
constante mi amigo Pepe, como yo lo llamaba, Caminaba despacio, hablaba con
medida y durante la conversación se pasaba la mano por las barbillas bien
cuidadas. Circunspecto, evitaba convenientemente los ademanes y la petulancia
de la juventud como algo inconveniente.
Pero yo ya estaba en el cuarto de
media. El primer libro que me regalaron por mi cumpleaños fue El
hombre mediocre del Argentino José Ingenieros; en San Marcos en pre—letras
fue uno de mis autores favoritos, así como el libro El Hombre Concreto del insigne maestro Cesar Guardia Mayorga. Como
buen carvajalino tuve afición por la declamación y en pre—letras de la
Universidad Decana recité muchas veces El
brindis del Bohemio:
…Yo
no brindo por ella, compañeros,
Brindo
por la mujer, pero por una,
¡Por
mi madre!, bohemios, por la anciana
que
piensa en el mañana…
III.
Años
sanmarquinos…
Pero
en San Marcos el mejor lugar para informarnos de todo era la cafetería del
sótano de letras. Nos enterábamos de cada libro que aparecía, nos pasábamos las
horas ahí diariamente con el pago por una taza de café, y nada se nos escapaba
porque vivíamos incesantemente con los sentidos tensos y creo que el resto de
mi vida no he vuelto a leer con tanta intensidad como aquellos años de colegio
y universidad.
Y
así, así... luego de dos años de literatura, filosofía y sociología, pasé a la
Facultad de Derecho y Ciencias Políticas, pero la literatura era para mí. Como
señalara el Novel Mario Vargas Llosa en su novela Conversación en La Catedral o La fiesta del Chivo :
“No
hay nada más entretenido que un poema o una gran novela, pero ese
entretenimiento no es efímero. Deja una marca secreta y profunda en la
sensibilidad y la imaginación”.
me gusto la cronica porque soy carvajalino de los años ochenta. esto si que se pone interesante porque ignoraba que el poeta javier heraud fue profesor en mi querido colegio. diganme donde puedo obtener la informacion para jamonearme con mis hermanos mayores que son del alfonso ugarte y fanrarronean que su colegio es superior al nuestro.
ResponderEliminarjamas el AU va a superar al glorioso MC. siempre les hemos ganado en todo
ResponderEliminarPAUL SOTO. soy de la 26 de Lazo y mas linceño que cualquierita pero estudie toda mi secundaria en el Alfonso. a ver dime cuando nos han ganado los del meliton??? nunca pudieron con nosotros. atte PAUL SOTO
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