Por Sócrates Araníbar Luna
Esta vez Ana Zarina Palafox, coincidiendo con el día de los muertos, le envía a Sócrates una divertida calavera en décima.
La muerte intentó llevarse
a Socrates Araníbar
para hacer con él almíbar
y con este postre, hartarse.
Tenía madera de arce
ya lista para la tumba,
pero él seguía en la rumba
pues Chabuca y Carlos Hayre
lo protegen desde el aire
y no dejan que sucumba.
- Ana Zarina Palafox-
y con este postre, hartarse.
Tenía madera de arce
ya lista para la tumba,
pero él seguía en la rumba
pues Chabuca y Carlos Hayre
lo protegen desde el aire
y no dejan que sucumba.
- Ana Zarina Palafox-
CALAVERA DE SÓCRATES PARA ANA ZARINA
Que se cuide cierta güera,
le ha advertido la carcancha (*)
que aunque esté pura y sin mancha
un buen día se la lleva.
Vaya haciendo la maleta,
Deje de sonear riendo
versos, décima y remiendos,
guarde guitarra y jarana
y enrumbe pa’ la montaña...
los pasos le anda siguiendo.
- Sócrates Araníbar Luna -
(*)La "carcancha" es la "calaca" de ustedes.
(*)La "carcancha" es la "calaca" de ustedes.
Ana Zarina Palafox es una extraordinaria trovadora
repentista en los géneros de son jarocho y huasteco, escribiendo además poesía
con temas contemporáneos, pero basada en las formas métricas tradicionales
(copla, seguidilla, sextina, décima, glosa, lira y soneto). En 1997 presentó su
libro "Déjame
cantarte un verso... o varios (trova femenina con estructuras
tradicionales)".
Actualmente forma parte del proyecto Tierra: Tiempo y Contratiempo (programas
para la televisión cultural) y tiene como prioridad de vida el seguir viajando,
para poder contarles, en textos, fotografías, música y videos, mucho más acerca
de este país al que adora.
En su llegada a Lima, protagonizó interesantes
contrapuntos de décimas cantadas con el destacado decimista linceño David
Alarco Hinostroza. Posteriormente, gracias a la magia de las redes sociales,
inició una gran amistad con los integrantes de nuestro blog ‘Lince y Lobatón’
CALAVERAS
Una de las múltiples tradiciones mejicanas que
cultiva Ana Zarina son las “calaveras”, antiguamente llamadas “panteones”, las
cuales son tradiciones mexicanas en peligro de extinción.
Las calaveras son como un epitafio-epigrama
lacónico, dice el zamorano Eduardo del Río “Rius”, y están escritas en forma de
verso dedicado a los amigos, familiares o conocidos sólo en Día de Muertos. Una de sus características es que
constituye una oportunidad para expresar lo que se piensa acerca del otro, de
espacios, funciones o cosas, de un régimen del pasado y del presente. No es
fácil decir lo que uno piensa de los demás, por eso las calaveras constituyen
una forma de literatura valiente.
Quienes escriben panteones son personas que ven la
muerte con un sentido del humor, combinado con ingenio que le imprimen a sus
escritos. Gustan desarrollar su imaginación para decir lo que piensan,
aceptando el reto de comunicarse en verso, octavas o décimas de todos los
sabores y gustos.
Esta forma de escritura se desarrolló desde el
siglo XIX. Al cobrar fuerza en el siglo pasado, las calaveras comenzaron a ser
censuradas por los gobiernos en turno debido a que una gran cantidad sirvió
como crítica a los funcionarios, pues en ellas se manifestaba la inconformidad
que imperaba entre los gobernados. La policía llegó a confiscar o destruir
muchas de éstas, por eso no es fácil encontrarlas en las hemerotecas. A pesar
de la censura, en el Día de Muertos se ejerce -ahora muy poco- esta forma de
escribir, con el consentimiento de las autoridades.
He aquí unos ejemplos
A
Diego Rivera:
Este pintor eminente
cultivador
del feísmo
se murió
instantáneamente
cuando se
pintó a sí mismo.
A Guty Cárdenas:
Este joven trovador
se nos
volvió vanidoso
y de purito
hablador
yace
olvidado en el foso.
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DECIMA CALAVERA DE DAVID ALARCO HINOSTROZA PARA ANA ZARINA PALAFOX
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DECIMA CALAVERA DE DAVID ALARCO HINOSTROZA PARA ANA ZARINA PALAFOX
Por rumbera, bailarina,
guapanguera y trovadora,
la calaca encantadora
hechizó a Ana Zarina.
Su mirada femenina
también hechiza a un varón,
que es de Lince y Lobatón,
endulzándolo en almíbar
a Sócrates AranÍbar
para llevarlo al panteón.
-David Alarco Hinostroza -