jueves, 10 de mayo de 2012

UNA ANÉCDOTA DE GALLARETA Y VALERIANO


Por: MANUEL ARANÍBAR LUNA

Aquella tarde jugaba el Mariscal Sucre contra el Boys. Valeriano López, centro delantero del Sport Boys, casi un adolescente, era la sensación del campeonato. Sus goles de cabeza, aprovechando los centros de su compadre Willy Barbadillo desde la derecha y el Loco Drago desde la izquierda, lo estaban convirtiendo rápidamente en figura popular. Pero los marcadores de sus equipos rivales aún no lo habían agasajado. La tarde del primer partido que iba a jugar Valeriano López contra el Mariscal Sucre, minutos previos al partido el entrenador del Boys lo llamó a un lado.

-         -  Escucha muchacho – le dijo el entrenador - , hoy es tu prueba de fuego. Hoy te vas a enfrentar a dos carniceros. Juega tranquilo y no les demuestres miedo, porque va a ser peor.

Ya en la cancha y al verlo nervioso, Gallareta, un recio y brusco jugador de la cuadra 15 de Francisco Lazo y el vistoriano Macho Gómez se pusieron de acuerdo para trabajarlo de labia. Al primer centro que iba a enviar Barbadillo de tiro libre, el popular Tanque de Casma se estaba preparando desde fuera del area para entrar corriendo a meterla de cabeza. Antes de que el árbitro suene el silbato se le acercó “Macho” y empezó su sermón.

-          - Oye zambo, ni te acerques por acá ni donde mi compadre Gallareta porque te vamos a partir la pierna. Así que tranquilo nomás.

Valeriano volteó a ver a Gallareta que lo miraba con cara de pocos amigos. El recio marcador linceño se pasó las uñas a través del cuello, gesto característico que indicaba que lo iba a decapitar.
Valeriano se asustó y no entró al área durante el primer tiempo.

Pero en el entretiempo el entrenador lo regañó por haber arrugado ante esa pareja de macheteros y le amenazó que si no ponía ganas lo iba a despedir del club. Y el Tanque se armó de valor estuvo entrando y ganando todas las pelotas, pese a que durante todo el partido le llovieron patadas y codazos  por todo lado,  hasta que el cero a cero lo rompió a los 44 del segundo tiempo de soberbio cabezazo. El Boys le ganó al Sucre con ese gol.

Al terminar el partido, le fueron a avisar al Tanque que Gallareta y Macho lo estaban buscando. Valeriano se quiso esconder.

-          No temas, zambo – le dijo Gallareta – te hemos venido a buscar para felicitarte por tu valentía. Sigue así y llegarás lejos.

Valeriano suspiró aliviado. Poco tiempo después Valeriano emigró al fútbol colombiano, obteniendo el éxito que le pronosticara Gallareta.

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